jueves, 9 de julio de 2015

Las 10 mejores ciudades españolas para comer

Las 10 mejores ciudades españolas para comer

San Sebastián, Santiago de Compostela, Cáceres, Granada, Madrid, Bilbao, Barcelona, Sevilla, Segovia y Valencia son, por este orden las diez ciudades preferidas por los españoles, las que elegirían para comer.


San Sebastiá, Playa de La Concha. Foto Basquetour, Agencia Vasca de Turismo
San Sebastián, Playa de La Concha. Foto Basquetour, Agencia Vasca de Turismo
Al menos, estos son los resultados del concurso Lo mejor de España, organizado por el comparador de vuelos, hoteles y alquiler de coche, Skyscanner, a través del cual se han seleccionado los destinos gastronómicos preferidos seleccionados a través de más de 100.000 votaciones de usuarios españoles y la valoración de un jurado de Skyscanner y la asociación de blogueros de Travel Inspirers.
“El 53% de los españoles reconoce no saber cuáles son los mejores destinos nacionales para visitar”, asegura Ángel Guirado, portavoz de Skyscanner España añadiendo que “ha sido un proceso reñido por la cantidad de rincones gastronómicos que tenemos en la geografía española y que merece la pena visitar”.
Tras las votaciones, San Sebastián, Santiago de Compostela y Cáceres forman el podio ganador. El ‘top 10′ de finalistas es el siguiente:
  1. San Sebastián. La capital guipuzcoana siempre aparece en cualquier ranking gastronómico que se precie, y no es para menos. De los siete restaurantes españoles galardonados con la máxima distinción de la Guía Michelin, tres de ellos se encuentran en San Sebastián: Akelarre, Arzak y Martín Berasategui —este último, en la cercana localidad de Lasarte—, sumando un total de 16 estrellas Michelin entre todos los ubicados en la provincia. Si hace años eran los cocineros vascos quienes cruzaban la frontera para aprender de los chefs galos, ahora son éstos los que desean realizar sus prácticas entre los fogones donostiarras.
  2. Santiago de Compostela. La calidad de los productos gallegos, tanto del mar como de la huerta, han hecho de Santiago de Compostela un destino culinario único. Desde mesones o pulperías, hasta refinados restaurantes o marisquerías, pasando por churrasquerías que denotan la herencia de muchos lugareños que emigraron a Argentina, es casi imposible comer mal en Galicia. Para admirar de primera mano las materias primas con las que se elaboran algunas de las creaciones compostelanas más populares, como el pulpo a feira o la empanada, nada mejor que una temprana visita al Mercado de Abastos, segunda atracción más visitada de la ciudad tras la Catedral.
  3. Cáceres. La Capital Española de la Gastronomía en 2015 ha visto relanzada su fama desde que ostenta dicho galardón e incrementado el número de turistas que la visitan para disfrutar más allá de la belleza de sus empedradas calles. La despensa extremeña es una de las más completas de la península, siendo su jamón ibérico, así como su Torta del Casar, sus Cerezas del Jerte o su Pimentón de la Vera, reconocidos con su propia Denominación de Origen. El hotel-restaurante Atrio, con dos Estrellas Michelin y una bodega con más de 35.000 referencias, ha conseguido que aficionados a la gastronomía llegados desde cualquier rincón del mundo hagan de Cáceres parada obligada en su visita a España.
  4. Granada. La cultura de las tapas, tradición arraigada en toda Andalucía, es más que destacable en Granada donde los bares compiten por ofrecer la tapa más abundante y sabrosa, siempre incluida en el precio de la consumición y que no suele superar los dos euros. Desde los caracoles del Aliatar, las berenjenas fritas de La Blanca Paloma, las pijotas y coquinas de Los Diamantes, hasta la tortilla del Sacromonte en el barrio homónimo, cada pausa ‘granaína’ es todo un espectáculo.
  5. Madrid. Pocas ciudades del mundo ofrecen una variedad gastronómica y con un abanico de precios tan amplio como Madrid. Desde el típico bocata de calamares en los aledaños de la Plaza Mayor (por poco más de 3 euros), pasando por el menú más castizo de dos platos y postre (por una media de 10 euros) hasta el Glotón Xow de DiverXO (con un precio de 200 euros y galardonado con 3 Estrellas Michelin). Definir la gastronomía madrileña es complicado, ya que se ha nutrido de lo mejor de las diferentes cocinas regionales, aunque sí hay platos que llevan indiscutiblemente el sello de la capital de España, como las patatas bravas, los callos a la madrileña o el cocido madrileño.
  6. Bilbao. Al igual que su vecina Donostia, Bilbao se ha ganado a pulso su fama culinaria por las cada vez más espectaculares barras de pinchos que la asemejan a las de ‘su hermana’. Por otro lado, nombres propios como el de Eneko Atxa, al frente de Azurmendi, a 10 kilómetros de la ciudad y otro de los triestrellados vascos, han hecho que sean muchos los que se acerquen hasta la capital vizcaína para hacer algo más que admirar el Museo Guggenheim. El propio restaurante del museo, Nerua, con Josean Alija al frente de sus fogones, Etxanobe o Etxebarri, número 13 en la lista de los World’s 50 Best Restaurants, son motivos suficientes para dejarse seducir por el municipio norteño.
  7. Barcelona. Pocas urbes del mundo pueden presumir de una categoría culinaria como la de Barcelona, cuna de algunos de los chefs más destacados del panorama nacional, como los hermanos Ferran y Albert Adrià, Carme Ruscalleda o Sergi Arola. La cocina mediterránea, que se elabora con los mejores productos que ofrecen el mar y la montaña, ha sabido adaptarse a los tiempos modernos, así como a los gustos y necesidades del turista que visita la Ciudad Condal. Su agradable temperatura hace que los barceloneses sean grandes aficionados a comer fuera de casa, a la tradición del aperitivo y el vermut.
  8. Sevilla. Al igual que Granada, la capital hispalense presume de merecida fama gracias al ‘tapeo’, que cada año atrae a miles de viajeros hasta los pies de La Giralda y la Torre del Oro. Gazpacho, ‘pescaíto’ frito, rabo de toro o huevos a la flamenca forman parte de un recetario tan extenso como rico en salazones, cocidos y adobos, que ha sabido nutrirse de los recursos de su entorno. Sevilla cuenta con numerosos restaurantes y tabernas centenarias, como las del Horno de San Buenaventura, uno de los más antiguos de España, donde desde 1385 se elaboran algunos de los dulces típicos de la zona, como yemas de San Leandro, torrijas o borrachuelos.
  9. Segovia. Mundialmente conocida por sus asados al horno de leña y cochinillos como los que se sirven en el famoso mesón Cándido. Además de esta delicia porcina, son también reconocidos los asados de cabrito, lechazo o cordero, ya que este modo de preparación aporta a la carne un punto dorado y jugoso muy difícil de conseguir con otros métodos de cocción. Nada tienen que envidiarle los judiones de La Granja o los excelentes embutidos segovianos, como el chorizo de Cantimpalos.
  10. Valencia. Más allá de la paella, la gastronomía de Valencia es amplia, natural y, sobre todo, tradicional. Pescados y mariscos frescos, una de las huertas más fértiles del país, y arroz, la joya de la corona, y cultivado desde la época musulmana, protagonizan la mayoría de sus platos. Además, nada como dejarse seducir por un all i pebre, guiso a base de anguilas de La Albufera, pan y pimentón; clóchinas, un molusco más salado y nutritivo que el mejillón que crece sólo en aguas valencianas, o las evolucionadas propuestas de dos de sus cocineros más reputados, como son Ricard Camarena y Quique Dacosta