lunes, 6 de febrero de 2017

Calle del Codo

Retomamos nuestro paseo en Segway por las calles de Madrid, para llegar a una calle que parece querer ocultarse a la vista al ser el nexo de unión entre la Plaza del Conde de Miranda y la Plaza de la Villa, por lo que se encuentra en el corazón del Madrid de los Austrias. Su nombre queda bien claro al mirar la placa que en ella se encuentra, ya que proviene del trazado de la travesía, que recuerda a una parte del cuerpo, estamos hablando de la calle del Codo




Este estrecho y sombrío paso ha conservado a la perfección en sus escasos 70 metros, la esencia del Madrid del Siglo de Oro resistiéndose al paso del tiempo. De este modo, pasear por esta calle nos devuelve a esta pasada época y podemos imaginar cómo serían los duelos a espada que allí y en los alrededores tenían lugar. Tanto es así, que la calle se ha utilizado en más de una ocasión como escenario para la grabación de películas. 



Sin embargo, esta calle es popular por la anécdota que la rodea, ya que era el lugar predilecto que Quevedo utilizaba para orinar cuando volvía a su casa de visitar las tabernas que tanto le gustaba frecuentar. Esta insalubre costumbre, le acarreó problemas con los vecinos que hartos de él, decidieron trazar una cruz donde el escritor miccionaba, con el mensaje "no se mea donde hay una cruz", a lo que Quevedo respondió "no se coloca una cruz donde se mea", además de continuar con su desagradable hábito. 

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